Por Sandra FERRER @sandraferv
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich no solamente quiso apoderarse de Europa, su territorio, sus ciudades y sus riquezas. También quiso para sí todo el arte que pudiera robar y saquear. Adolf Hitler planeaba crear en la ciudad austriaca de Linz en Museo del Führer donde deberían mostrarse todas aquellas obras. Hitler no consiguió dominar Europa. Tampoco su arte. Fue gracias al esfuerzo de muchos hombres y mujeres. Entre todos ellos, destacó la labor impagable de Rose Valland, una especialista en arte que colaboró con la resistencia francesa y con los aliados para recuperar más de sesenta mil piezas artísticas escondidas en lugares tan insospechados como minas de sal o casas de granjeros.
La hija de un herrero
Retirada oficialmente en 1968, Rose no se desvinculó nunca de su gran pasión, que le valió ser galardonada con reconocimientos tan importantes como la Legión de Honor Francesa o la Medalla de la Resistencia. También en Alemania y Estados Unidos recibió premios y reconocimientos. No en vano, fue su valiente labor en el Jeu de Paume la que permitió recuperar miles y miles de obras de arte, desde pequeños cuadros privados, hasta grandes obras maestras de la historia del arte.
En 1944, a punto de terminar la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos de Hitler se van replegando hacia Alemania ante el avance imparable de las tropas aliadas. Pero con ellos se llevan un ingente número de obras de arte que debían formar parte de uno de los sueños del dictador del III Reich, la creación del Museo del Führer. Mientras miles de soldados aliados van recuperando el territorio invadido por los nazis, liberando a los prisioneros de los campos de exterminio e intentando recuperar una normalidad que tardará años en conseguirse, un grupo selecto de expertos e historiadores de arte británicos y norteamericanos, se adentran en una Europa devastada para recuperar todo el arte robado. De las miles de obras sustraídas a judíos, iglesias y museos, dos son las que protagonizan el filme, el Retablo de Gante y la Virgen de Brujas.
Los integrantes de la misión son amantes del arte pero en absoluto expertos en la guerra por lo que su misión solamente triunfará gracias a la voluntad férrea de recuperar un legado artístico e histórico amenazado con desaparecer a causa de una orden firmada por Hitler en sus últimos momentos de vida. El conocido como Decreto Nerón ordenaba a sus oficiales destruir todo el arte robado en el momento en que él fuera asesinado o el Reich cayera definitivamente. Una carrera contrarreloj cuyo premio será devolver a sus legítimos propietarios pinturas y esculturas de un valor incalculables.
The Monuments Men es una película que emociona porque ensalza en valor del ser humano. Porque en un mundo a punto de desaparecer, existieron hombres y mujeres dispuestos a dar su vida por un arte que era algo más que hermosas pinturas o bellas esculturas, eran mucho más, el pilar de una civilización dispuesta a no rendirse nunca y a mantener vivo su pasado. Gracias a esos hombres y mujeres hoy podemos seguir sobrecogiéndonos con el arte de una Europa cuna de grandes artistas. Y es que The Monuments Men está basada en una historia real, lo que hace que el filme sea aun más bonito.
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